sábado, 21 de enero de 2012

NUESTRO CONGRESO: ¿REPRESENTACIÓN VS. CAPACIDAD?

NUESTRO CONGRESO: ¿REPRESENTACIÓN VS. CAPACIDAD?



“¿De qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué en lugar de discutir la disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse? ¡Que han de hacerlo! Senaduría y diputaciones dejan de ser cargos temporales y van concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos hereditarios, bienes propios de ciertas familias.... Hay hombres que habiendo ejercido por treinta o cuarenta años las funciones de representantes, legan a sus hijos o nietos la senaduría o la diputación. No han encontrado la manera de llevarse los curules al otro mundo… los honorables resultan carísimos, tanto por los emolumentos de ley y las propinas externas, como por los favores y canonjías que merodean para sus ahijados, electores y sus parientes. Comadrejas de bolsas insondables, llevan consigo a toda su larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada miembro del poder legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia de subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona los jugos vitales de la Nación”. ¿Les suena conocido? Estas líneas fueron escritas en 1906 por Manuel González Prada en sus “Horas de Lucha”, y su contenido sigue plenamente vigente. La última encuesta de Ipsos Apoyo nos demuestra como en tres meses la aprobación del Congreso ha disminuido a 24%. Diversos congresistas han sido denunciados por sendos delitos, sus antecedentes “profesionales” son nefastos, su preparación académica peor, su ética sólo Dios sabe. A estos señores no los contratan en el sector privado ni para guachimanes de barrio. Pero, ¿Por qué el país acepta estos niveles de representantes? Pues por que nuestra Constitución establece que para congresista sólo se requiere ser peruano de nacimiento y gozar del derecho de sufragio. Nada más. ¿Algún empresario en su sano juicio contrataría para un cargo gerencial a una persona con sólo estos requisitos? Ni loco. Entonces, ¿Cómo es posible que para ejercer un cargo más importante, como el de congresista, se requieran tan simples requisitos? Pues porque se ha sacrificado la capacidad en aras de la representatividad. Al ser el cargo de congresista un cargo representativo, se sostiene que no deben establecerse mas requisitos ya que de otra manera, pocos podrían alcanzarlo y muchos podría no ser representados. Sin embargo, ¿Qué es mas conveniente para el país, mas representatividad o tener congresistas mejor capacitados? “Ahí está el detalle” como diría Cantinflas. Se ha optado por la representatividad con lo que deberemos contentarnos con los “robacables”, “comeoros”, “mataperros”, etc. y estos señores han sido “propuestos” por los partidos pero, finalmente, elegidos por nosotros. Así que no nos quejemos. Se ha sacrificado la posibilidad de tener congresistas más capaces por lo más representativo y allí tenemos los frutos. Termino con González Prada preguntando nuevamente: “¿De qué nos sirven los Congresos? Sirven de prueba irrefragable para manifestar la incurable tontería de la muchedumbre, al dejarse dominar por una fracción de gentes maleables, a medio civilizar y hasta analfabetas… con el sólo instinto de husmear por qué lado vienen los honores y el dinero, o hablando sin mucha delicadeza, la ración de paja y grano”. Señores, cualquier parecido con nuestra realidad… ¡Es nuestra realidad!

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