sábado, 21 de enero de 2012

AUTODEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO

AUTODEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO



El pasado domingo y de manera tardía en mi modesta opinión, ante el caos reinante el presidente Humala declaró el estado de emergencia en cuatro provincias del Departamento de Cajamarca. Los que hemos crecido en medio de la dictadura militar de los años setenta y luego la desgracia del terrorismo, somos expertos en estados de emergencias, toques de queda, etc. por lo que nada de esto nos parece raro sino la cosa más natural del mundo. Efectivamente, en la mayoría de los países, existen los denominados regímenes o estados de excepción, tal como los contempla nuestro artículo 137 de la Constitución: el estado de emergencia y el estado de sitio. Siendo dos estados legítimamente establecidos en nuestra carta magna, a nuestros presidentes siempre les ha costado decretarlos. En la situación actual de Cajamarca, la situación caótica hacía necesaria desde hacía tiempo instaurar el estado de emergencia. ¿Por qué cuesta decretar un estado de emergencia? Porque, al menos en el Perú, existe la creencia que dicho estado no es de “per se” muy democrático que digamos, instaurar la autoridad haciendo uso de las Fuerzas Armadas no es bien visto y es percibido por muchos paradójicamente como una medida antidemocrática, hasta abusiva, antipopular, cuando es la medida más democrática del mundo. El Estado de Derecho y la democracia tienen sus mecanismos de defensa para que el Estado no descuide la meta del bien común y la sociedad civil no se vea afectada por una situación de inseguridad, violencia y caos. De allí que el Estado -y su gobierno- ante una situación como la de Cajamarca, deba recurrir a la aplicación de esta medida excepcional que la Constitución y la propia democracia admite, sin temor ni titubeo alguno. El bien común así lo exige. En el caso de Estados Unidos por ejemplo, en diversas ocasiones hemos podido apreciar la instauración del estado de emergencia y de la ley marcial inclusive, ante desordenes sociales y violencia en donde su Guardia Nacional y el ejército mismo han intervenido, instaurando el orden, incluso mediante el uso de las armas, y nadie se ha quejado ni reclamado nada, pues la democracia exige la implantación de estas medidas excepcionales temporales a fin de restaurar el orden interno. Recuerdo la sublevación en Wako (Texas) en donde instaurado el estado de emergencia y bajo la intervención de la Guardia Nacional, los rebeldes armados fueron eliminados, previo pedido de rendición, y punto. En las grandes democracias, los actos de violencia y desorden deben ser evitados democráticamente, y la medida extrema por excelencia es el estado de emergencia en donde las acciones de garantía (amparo y habeas corpus) sobre ciertos derechos fundamentales, quedan temporalmente suspendidas. Los derechos fundamentales no desaparecen. Sólo se suspenden las garantías constitucionales. De allí que hay que saber gobernar y vivir en democracia, aplicando las medidas adecuadas en vista al bien común. No olvidemos que el estado de emergencia no debe ser la regla sino la excepción. El Estado de Derecho no es un pelele al que todo el mundo golpea y abusa. Debe saber defenderse sin titubeos y esa labor le corresponde al gobierno.

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