sábado, 21 de enero de 2012

¿LA FELICIDAD JAJA JAJA?

¿LA FELICIDAD JAJÁ JAJÁ?

Como muchos recordarán, “La felicidad ja ja” constituye con “Huerto cerrado”, la obra que consagró a mi tocayo Alfredo Bryce Echenique como un maestro del relato breve. Estos cuentos, escritos a principios de la década de 1970, conforman un conjunto de historias en donde la ironía y el humor de Bryce se reúnen para deleite del lector. De la misma época es la canción de Palito Ortega cuyo estribillo pegajoso de “la felicidad jajá-jajá”, irrumpía en todas las radios. La felicidad es tratada siempre por la literatura, la música popular, la poesía, el cine, etc. pero lo que nunca imaginé es que se pudiere medir por países. Recientemente una encuesta en 58 países – recuérdese que vivimos en el mundo de las encuestas en donde la diosa estadística manda – efectuada por la Worldwide Independent Network (Gallup International) ha cuantificado el grado de felicidad existente en cada país. El Perú ocupa el puesto 37 con relación a la capacidad de consumo de sus habitantes. Se ha calculado que cada peruano tiene una capacidad de gasto de US$ 8,930 por debajo de los US$ 50,170 de los suizos. ¿Qué genera la felicidad según esta encuesta? No se trataría de la cantidad de dinero sino del estatus relativo dentro de la sociedad. Pese a que el Perú no tiene habitantes con alta capacidad de consumo, ¡Figura en el puesto 19 de las naciones más felices entre 58 países encuestados! Es interesante anotar que esta alta posición se debe porque los menores de 30 años dicen ser más felices, así como los creyentes, ya sean católicos o protestantes. Estos elementos, señala la encuestadora, habrían contribuido a elevar la “sensación de felicidad” pues la mayoría de los peruanos tiene menos de 30 años y también la mayoría se define como creyente. En el Perú la “percepción de felicidad para el 2012” es de 63% mientras que la de “infelicidad” es de 7%. ¡Qué felices somos los peruanos y no lo sabíamos! De otro lado, mientras que los europeos occidentales alcanzan un grado de felicidad de 59% y los norteamericanos 51%, los africanos tienen un grado de felicidad de 77% seguido por los latinoamericanos con 74%. Así mismo, los más “infelices” son los norteamericanos con un 20% mientras que el mundo árabe va con un 27%. ¡Pobre felicidad! ¿Es esto posible? ¿Podemos medir la felicidad como quien mide un traje? Antes que nada tendríamos que comenzar por definirla, pues criminales como Montesinos o Hitler creyeron ser felices cuando todo les iba bien o cuantos millonarios o estrellas de Hollywood se sienten “felices” hasta que caen en desgracia y ya no son “felices”. En todo caso, consideramos que la felicidad no es cuestión de cuanto consumes o de cuanto tienes, sino de cómo se viva. Sin paz interior, lo cual conduce a la verdadera alegría, difícilmente serás feliz. Muchos creen ser felices pero no lo son. De allí que la felicidad nunca será jajá jajá, sino que dependerá de nosotros mismos y de lo que hagamos con nuestras vidas, LQQD (Lo que queda demostrado).

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