El rey Pirro de Epiro, luego de su victoria en Heraclea
contra los romanos (280 a.C.), al ser felicitado respondió: “Una victoria más
sobre los romanos y estaremos acabados”. Otros historiadores comentan que dijo:
“Otra victoria como esta y volveré sólo a casa”. Muchos de sus mejores
oficiales y soldados perecieron en batalla. Por ello, se considera una “victoria pírrica”, la obtenida con muchas pérdidas, de modo que
aun tal victoria puede terminar siendo desfavorable. Luego
del “triunfo” del “No”, podría la alcaldesa haber pronunciado la misma frase
que Pirro. Los que marcaron “No” ¿Por qué lo hicieron? Una mayoría perezosa,
para no volver a votar; otra, por el supuesto “costo económico”; y otra, por
lástima hacia la alcaldesa, luego de sus ruegos y disculpas. Una victoria pírrica
con sabor a fracaso: ganaron por una diferencia mínima (falta el 45% de actas
impugnadas); casi la totalidad de regidores de FS revocados; irónicamente se
votará nuevamente con el costo económico correspondiente; y los nuevos
regidores serán del PPC y no de FS –pues no se aliarán con los amigos radicales
de éstos-, además, formalmente ya no existe dicha agrupación: ¿Quién ganó
realmente? Favre –que se limitó a copiar la película chilena “No” a su campaña-
y el PPC, pero a un alto costo, pues queda como un partido sin coherencia y sin
bandera, que se acomoda al mejor postor. La alcaldesa anuncia que su
administración “propiciará una gestión concertada con todos los regidores” (¿Incluidos
Patria Roja o Tierra y Libertad? ¿Contratando exregidores?). ¿Cuál “administración”?
¡Si ya no existe! ¡Fue borrada del mapa edil! Epílogo: una victoria pírrica, con
una alcaldesa formal pero virtual, solitaria, que no gobernará Lima sino que se
limitará a firmar las ordenanzas que le dicte un nuevo Consejo… y punto.
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