sábado, 9 de marzo de 2013

LA DICTADURA DEMOCRATICA DE CHAVEZ


La muerte de Chávez nos lleva a reflexionar lo que significó –y aún significa- su gobierno. Curiosamente la historia de Chávez guarda cierta semejanza con la de Ollanta Humala: ambos se levantaron en armas contra gobiernos constitucionales y ambos fueron luego indultados. Sin embargo, el gobierno de Chávez fue lo que denomino una “dictadura democrática”. “Democrática”, porque constituyen gobiernos democráticamente elegidos; y “Dictadura”, pues asumido el cargo, se obvia el Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos, convirtiéndose en una dictadura, y buscando –bajo un manto de falsa democracia- perennizarse en el poder mediante modificaciones constitucionales, reelecciones inmediatas, facultades presidenciales especiales, etc. Estas formas de gobierno suelen transformarse en tiranías. En una dictadura el poder se concentra en torno a un solo individuo. Se caracteriza por una ausencia práctica de division de poderes; propensión a ejercitar arbitrariamente el mando; y la imposibilidad que a través de un procedimiento institucionalizado -o mediante el fraude electoral- la oposición llegue al poder. Generalmente las dictaduras, desde Roma, fueron sostenidas por una cúpula militar. El gobierno de Chávez -cuyo modelo busca replicarse en varios países latinoamericanos- cuadra como “dictadura democrática”. Muerto el dictador, se busca la continuidad del modelo. En este caso, Maduro, irónicamente violando la propia Constitución creada por Chávez, se autonombra “presidente encargado” –en lugar de Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional- a fin de convocar y “preparar” las próximas elecciones, en donde, obviamente, Maduro será el candidato, no por mandato del pueblo, sino por deseo del difunto dictador, hoy casi declarado dios y “ejemplo a seguir” (¿?). Ante esta situación inconstitucional, ¿Qué sucederá? El tiempo dirá, pero esta dictadura democrática, lamentablemente, no tiene visos de terminar.

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