Es conocida la estrategia
del modelo Cubano-Chavista de buscar la forma de perennizar en el poder a un
“presidente”, que continúe aplicando sutilmente el “programa político” impuesto
por el modelo. Ello sucede en los gobiernos de Chávez, Correa, Morales y
Kirtchner. Así como Chávez declaró a Maduro su sucesor, es innegable que en
nuestro país, Humala apunta a su esposa Nadine Heredia como su sucesora en la
continuidad del “modelo”. Algunos medios hablan erradamente de “pareja
presidencial” como si en Perú tuviésemos dos presidentes –en Roma existían dos
cónsules y triunviratos-, cuando nuestra Constitución sólo establece un
presidente, el cual es el jefe del Estado y personifica a la nación. Sin
embargo, nada es casualidad en este país pues ciertos medios desde hace un
tiempo, comenzaron a soltar la idea de la candidatura de la primera dama a la
presidencia el 2016. ¿Amerita discutir esto ahora, cuando recién transcurre año
y medio de gobierno y aún faltan tres años y medio? Nada es casualidad y el
tema “Nadine candidata” es introducido sutil y persistentemente para ir
cocinando el pastel. Curiosamente, tenemos en la Comisión de Constitución dos
proyectos de Código Electoral: uno presentado –inconstitucionalmente por la
ONPE pues carece de facultades legislativas- cuyo artículo 69 recoge los
impedimentos aplicables a los cargos de elección popular, pero eliminando el impedimento
de postulación del cónyuge y los parientes consanguíneos del presidente hasta
el cuarto grado. De otro lado, existe el
proyecto presentado por el JNE que sí recoge la restricción que
impide la postulación de la esposa del presidente. La referida Comisión tomaría
lo mejor de ambos proyectos y presentaría un “proyecto único” al Pleno del
Congreso. ¿Se mantendrá el impedimento a la primera dama? ¡Por favor! El final de
este estofado está anunciado: ¡Nadine candidata!
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