El fallo de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya, que afecta a Nicaragua y Colombia, constituye
un precedente que, si bien favorecería al Perú en su reclamo marítimo con
Chile, también podría constituir un precedente preocupante al no reconocer
Colombia dicho fallo y buscar apoyo internacional. La CIJ falló otorgándole a
Nicaragua soberanía sobre determinadas islas del archipiélago de San Andrés,
con su correspondiente zona marítima, las cuales eran reclamadas por Colombia. La
CIJ determinó “un resultado equitativo”, término utilizado por Perú en su
demanda contra Chile. Si bien en nuestra demanda no existe disputa territorial
sino marítima, la CIJ utiliza en su fallo los mismos principios esgrimidos por
Perú en su demanda, indicando que si bien Colombia efectuó actos de soberanía
de manera pública y consistente en la zona disputada, esto ha sido tomado en
cuenta por la Corte sólo para otorgarle soberanía sobre las islas, mas no sobre
el espacio marítimo. Chile apela al ejercicio efectivo de su soberanía (uti
possidetis) en la zona marítima en disputa. Sin embargo, ello podría no ser
reconocido bajo los argumentos esgrimidos por la CIJ. Si bien el fallo no es
vinculante, muestra el razonamiento del Tribunal. Lamentablemente Colombia no
reconoce el fallo. Nicaragua amenaza con recurrir a la ONU si Colombia desacata
el fallo. ¿Podría Chile, en caso de un fallo desfavorable a sus intereses,
patear el tablero como Colombia? Piñera ha declarado que “se ha hecho todo lo
humanamente posible” (¿Vaticina la derrota?) y que detrás de la posición
chilena existe “un país unido que busca la defensa de su territorio, mar y
soberanía”. Pregunto: ¿Por la razón o por la fuerza? El tiempo dirá. En todo
caso, Perú debe estar preparado para toda clase de reacción pues, definitivamente
la habrá.
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