La primera encuesta nacional de la juventud auspiciada por el Ministerio
de Educación, reveló lo que piensan de la política los jóvenes de entre 15 y 19
años. Un 48,5% de jóvenes del área urbana “le interesa la política y es
independiente”; en el área rural a un 43,4%. Así mismo, a un 35,6% “no le
interesa” la política; en el área rural a un 39,1%. Estos porcentajes serían más
altos si la encuesta se hiciese a toda la población peruana. ¿Cuál es el
problema de fondo? Cuando en 1980 se volvió a la democracia, la inmensa mayoría
esperábamos entusiasmados la vuelta a la democracia: el congreso, el votar,
opinar libremente y a lo mejor inscribirnos en algún partido. Sin embargo, los
dos gobiernos desastrosos que siguieron (Belaúnde y García) se encargaron de
decepcionarnos de la política (corrupción, componendas, argollas, etc.). Ello
originó que en 1990, un desconocido Fujimori fuese Presidente. Hoy, pese al
renacimiento de la economía peruana, esta decepción y desconfianza ante la política
se mantiene. Sólo un 1,1% del área urbana es miembro de un partido político. La
gente no confía en los partidos ni en los políticos. ¿A quiénes favorece
esto? El hecho es que ante el desgobierno y falta de liderazgo que vivimos, será
difícil que los electores crean en la política y que gente honesta (capaz) se
involucre en ella. Será pues responsabilidad de los partidos y de sus líderes alentar
a las personas a creer en ellos y animarlos a participar en política por amor
al Perú. De lo contrario, seguiremos viviendo esta indiferencia y agnosticismo político
y ¡Cuidado! que estos son los jóvenes que votarán mañana por alguien.
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