lunes, 18 de junio de 2012

FAMILIA: SOCIEDAD CON ROSTRO HUMANO


En el VII Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Milán del 30 de mayo al 3 de junio, el Papa Benedicto XVI clausuró el evento con una impresionante homilía. Comenzó recalcando que la familia está fundada sobre el matrimonio entre hombre y mujer, y que la vida familiar es la primera e insustituible “escuela de virtudes sociales”, siendo el amor “la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo”. Para crecer en el amor, mencionó la relación constante con Dios, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia, saber perdonar y pedir perdón y superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos. Estos elementos construyen la familia: “¡Vividlos con valentía!” exclamó. Advirtió que en las modernas teorías económicas, prevalece una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado. No es la lógica unilateral del provecho propio y del máximo beneficio lo que contribuye a un desarrollo armónico, al bien de la familia y a edificar una sociedad justa, ya que supone una competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista y pobreza en las familias. La mentalidad utilitarista tiende a extenderse también a las relaciones interpersonales y familiares, reduciéndolas a simples convergencias precarias de intereses individuales. Hay que armonizar el tiempo de trabajo, la profesión y la maternidad. Todo ello es importante para construir “una sociedad de rostro humano”, por lo que se debe privilegiar siempre la lógica del ser respecto a la del tener: “la primera construye, la segunda termina por destruir”. Hoy que tanto se ataca a la familia, seamos valientes defendiéndola con todo, construyendo una sociedad con rostro humano.

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