Quien crea que la adoración a los dioses fue cosa de egipcios, griegos
o romanos, se equivoca. Puede constatarse como hoy, si bien ya no se adora a
Zeus, Júpiter, Isis o Atenea, muchos adoran nuevos dioses. Tenemos dioses como
el dinero, el poder, el sexo, las encuestas y el rating, por mencionar unos
cuantos. Muchas personas siguen siendo politeístas pues adoran a varios de
estos dioses. Si los griegos acudían al oráculo de Delfos para conocer su
futuro, considerando su mensaje como verdad indiscutible, hoy se considera lo
señalado por las diosas encuesta o rating como verdad absoluta. Sin embargo lo
absoluto no puede someterse a un estudio estadístico, encuesta o rating, ya que
se alcanzaría la verdad de acuerdo “a lo que dice la mayoría”, obteniéndose una
“verdad a la carta” de acuerdo con los gustos u opiniones del momento,
dejándose de lado la búsqueda de una verdad universal, cayéndose finalmente en
el relativismo. Por ello, cuando se trata de encuestas o medición de rating,
éstas deben efectuarse con seriedad y responsabilidad, tomando sus resultados
con la debida distancia y precaución. Considerar los resultados de los dioses
Ibope o Apoyo como verdades absolutas sería un error. Todo es pasible de
errores, manipulable y manejable al gusto del cliente, más si éste es el
Estado. La diosa rating debe aproximarse responsablemente a considerar la
realidad en un momento determinado con una medición seria y confiable. En todo
caso, debemos reconocer que, definitivamente, al igual que los antiguos
griegos, hoy se adoran dioses modernos… con sus pasiones, defectos y errores.
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