Sobre la crisis de
los rehenes en la embajada de Japón, se han escrito diversas versiones. Sin
embargo faltaba una versión no politizada. Monseñor Juan Luis Cipriani,
Cardenal Arzobispo de Lima, ha publicado “Doy fe”, un estupendo libro en donde
narra su “compleja y dolorosa experiencia” de lo que significaron esos 126 días
de tensión y angustia, y su labor como miembro de la Comisión de Garantes,
representando a la Santa Sede, en la búsqueda de una salida pacífica. Son el “producto
de una reflexión profunda realizada por largo tiempo, y sólo buscan dejar
constancia del valeroso ejemplo de los hombres que vivieron en carne propia
este retazo de la historia del Perú”. No se trata de un análisis político o
sociológico, sino humano y pastoral. No faltarán los que malintencionadamente
quieran politizar y tergiversar estas memorias. Escritas con buen estilo, brilla
lo humano en todos los aspectos de la crisis: el trato con los rehenes, con los
terroristas y con los representantes del gobierno, el apoyo espiritual prestado
a los rehenes, etc. Toda una historia detallada desde la captura de la embajada
por el MRTA hasta su violento desenlace, en donde el trato humano cargado de un
sentir sobrenatural -pues en esos momentos muchos recuerdan a Dios- que vale la
pena leer y meditar. Concluyo con Monseñor Cipriani: “…me desempeñé como un
sacerdote cuya misión fundamental consistía en preparar a esos hombres para su
potencial encuentro con el Señor. Mis armas fueron la oración, la Santa Misa y la
administración del sacramento de la penitencia. Como pastor también emprendí
denodados esfuerzos por lograr la conversión del corazón de esas ovejas
extraviadas que fueron los 14 miembros del MRTA, a quienes desde el comienzo llamé
‘hermanos’ y al final los consideré mis ‘hijos’.”
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