Por enésima vez
sube el precio de la gasolina. Por cuarta vez suben las de alto octanaje. La
última alza ocurrió el 8 de agosto. Sin embargo, desde que el presidente Humala
asumió la presidencia ¡La gasolina ha subido de precio por lo menos quince
veces! ¿Alguien se ha quejado? ¿Los empresarios han dicho algo? Silencio
absoluto. Si el presidente fuera Fujimori, Toledo o García les caería carga
montón con críticas, marchas y paros. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué no se le
critica al presidente? ¿Los empresarios le quieren más de amigo que de enemigo?
¿Aún se mantiene un cierto temor al Humala candidato con sus proyectos
extremistas? La gasolina en el Perú es una de las más caras del mundo. Lo
interesante es que de cada galón de gasolina, sea del octanaje que fuere, más
de un 70% son impuestos. Recaudación fácil dicen. Se grava y castiga al
consumidor de gasolinas más limpias, las de alto octanaje -que contaminan
menos- y se premia al que contamina más -caso de los consumidores de Diesel. En
otras países se grava con más a las gasolinas más contaminantes (Diesel, 84,
90), y con menor carga tributaria a las más limpias (98, 97 y 95). Son los
llamados “green taxes”. En Perú, cuándo
el precio del crudo internacional baja, el precio de nuestras gasolinas se
mantiene igual, pero cuando el crudo sube, todo sube. ¿Qué está sucediendo? Se
quiere modernizar la refinería de Talara con grandes costos. ¿Para qué, si
entre Conchán y Pampilla se produce gasolina en exceso y tenemos que exportarla
a precios irrisorios? ¿Actividad “empresarial” del Estado? Comercialmente,
¿Vale la pena invertir en Talara o que Petroperú gaste millones en exploración?
Nadie se queja por lo que, al parecer, nos gusta la gasolina cara y… ¡No pasa nada!
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