sábado, 17 de marzo de 2012

¡UNA BURLA AL PAÍS!

Constituye todo un escándalo y una gran burla al país el trato que se le ha otorgado -¿Se le continuará brindando?- al señor Antauro Humala. Uno se queda anonadado ante el trato privilegiado otorgado a este delincuente, luego de haber sido responsable del “andahuaylaso” y de la muerte de cuatro policías. Es increíble que se le permita utilizar internet, iphone y entrevistas al gusto. Todo un alojamiento carcelario de lujo con cable, cocina, salidas en días festivos, visitas románticas, fotografías con admiradoras, facilidades para dirigir desde ella un pasquín racista y subversivo, etc. Adicionalmente “despachaba” al gusto atendiendo pedidos, solicitudes de empleos, tráfico de influencias. Todo un hotel cinco estrellas. ¿El presidente no sabía nada? ¡Por favor! (¿Obligación fraternal?). Dar cabida a la “explicación” del señor Vargas Llosa – el cual debería abstenerse “in aeternum” de opinar sobre política- en el sentido de que la responsabilidad de esto la tiene el INPE o que se trata de un problema de corrupción, opinión compartida también por otras autoridades, no se lo cree nadie. Para colmo, se traslada a Antauro Humala a un nuevo penal (“Virgen de las Mercedes”) dentro de un recinto militar por razones de “seguridad”. Obviamente que el trato en este recinto será de mucho “mejor calidad” ¿Acaso cree el gobierno que el pueblo peruano está conformado por tontos o ilusos que se tragan estas explicaciones? Sin embargo, así lo cree el gobierno. ¿Qué sucede con el trato a los demás presos condenados, militares de la época del fujimorato, etc.? ¿Por qué estos privilegios a uno y a los otros no? Constituye una bofetada del señor presidente a la dignidad del pueblo peruano, el que ante tremendo escándalo guarde silencio como si nada. Es la “política del silencio”, en donde el presidente no habla, no opina. La misma política del ex alcalde Castañeda de no opinar durante la pasada campaña presidencial. Socialmente el país se derrumba –huelgas, muertes y marchas por doquier- y no pasa nada. En el caso de Antauro no se trata de un preso común, es el hermano del presidente y él mismo debería asumir el liderazgo ante este escándalo, afrontarlo y darle una explicación al país, sin escudarse en el INPE, el ministro de justicia, etc. ¿Hasta cuándo los peruanos acataremos esta burla? Basta de tanta pasividad. Señor presidente, el país le exige liderazgo (¿Lo tiene?) y que afronte los problemas nacionales. Basta de cortinas de humo (“noticieros” controlados por crónicas policiacas, farándula, futbol, etc.). La política del avestruz tarde o temprano pasa factura.

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