sábado, 10 de marzo de 2012

¿CATOLICA O NO CATOLICA?

Cuando en 1917 se fundó la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la intención era que dicha universidad brindara una formación católica a sus alumnos y no otra cosa. En aquellos años la ausencia de una formación católica en otras universidades hizo necesaria la fundación de la PUCP. Para ello Don José de la Riva Agüero, destacado jurista y pensador católico, legó testamentariamente el fundo Pando a la universidad bajo ciertas condiciones, y siempre bajo el amparo de la Iglesia Católica. Con el paso de las décadas, la formación católica de la universidad fue decayendo, pudiéndose constatar esto en su profesorado y en  el contenido de la malla curricular de las diversas carreras ofrecidas en donde la formación católica fue ausentándose cada vez más, siendo en muchos casos inclusive anticatólica. Como exalumno de la Faculta de Derecho de la PUCP he podido ser testigo de cómo la currícula de mi Facultad se iba empobreciendo con cada “reforma”, perdiendo contenido humanístico, con una formación cada vez más técnica o “codiguera”, de un contenido meramente positivista e inclusive anticatólica y así hasta el día de hoy en donde lo católico es satirizado, el cardenal Cipriani es objeto de burlas, promocionándose inclusive irónicamente ideologías contrarias a la religión católica en una universidad católica. Como estudiante en Estudios Generales Letras como en la Facultad de Derecho y en la de Filosofía, pude constatar como diversas asignaturas carecían de contenido, tratándose más de cursos superficiales en donde no existía una formación humanística y jurídica de fondo. En la facultad de Filosofía, la formación era claramente de una orientación anticatólica, imponiéndonos el estudio exclusivo de ciertos filósofos y descartándose otros. En los cursos de “teología” la teología de la liberación de orientación marxista era claramente impuesta y difundida bajo la luz de Boff y Gutiérrez entre otros. En resumen, si el objetivo al fundarse la PUCP fue el de otorgar una formación católica a sus alumnos, bajo la dirección última de la Iglesia Católica, es innegable que dicha formación hoy no existe y menos bajo la actual administración. El querer hoy disfrazar a la PUCP de “católica” manteniendo ciertas formalidades, no engaña a nadie y menos a la Iglesia Católica. De allí que la Iglesia haya decidido de una vez por todas, ejercer su derecho y poner fin a esta situación que ya viene durando varias décadas. En todo caso, si la actual administración desea no brindar una formación católica u ofrecer otras “alternativas” inclusive contrarias a la formación católica, está en la libertad de fundar una universidad de acuerdo a su visión y seguir su camino. Pero la PUCP nació para brindar una formación católica. De esto no hay duda y no caben términos medios. De allí que, con todo el amor, orgullo y respeto que siento por mi alma mater, la PUCP deberá decidir si desea ser coherente con sus principios fundacionales y ser una institución verdaderamente católica otorgando una formación católica o no. Con disfrazarla de católica y de pontificia no se engaña a nadie, y menos a la Iglesia Católica que es gallo viejo de pelea en estas lides con más de 2,000 años de experiencia.

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